El Seminario Violencias contemporáneas y ruptura del lazo social fue el tema convocante que se abordó en dos jornadas dentro de la Maestría en Trabajo Social y el Centro de Estudios Interdisciplinarios Sociales y Políticos. A continuación compartimos una entrevista realizada a Alberto Uboldi, uno de los disertantes de dicho encuentro.
-¿Cómo se puede definirá la violencia social?
La violencia es un fenómeno que en nuestra sociedad se presenta de innumerables modos, afecta el lazo social, torna hostil las relaciones con el otro y también puede dirigirse al propio sujeto como auto-agresión. Las múltiples manifestaciones de la violencia han sido objeto de numerosos estudios, desde diversos enfoques, y la preocupación por la violencia ha llevado a multiplicar y particularizar sus definiciones, las que hoy constituyen, parte del léxico cotidiano: la violencia familiar; la violencia de género; la violencia psicológica; la violencia escolar; la violencia institucional; la violencia laboral, etc. Todas estas diferenciaciones develan preocupación y muestran un interés actual en abordar este fenómeno que afecta las relaciones humanas.
-Un fenómeno o flagelo que crece a pasos agigantados en estos últimos años…
Ciertamente, en los últimos tiempos observamos la complejización de la demanda de intervención dirigida a las instituciones de salud, educación y justicia, debido a la multiplicación de situaciones expresadas en actos violentos. Estas manifestaciones violentas saturan la demanda a las instituciones y se caracterizan por diversas agresiones dirigidas hacia otros o hacia el propio sujeto: conflictos familiares, reyertas en las escuelas, en lugares de diversión y en la calle, como así también los intentos de suicidio, lesiones auto-infligidas y exposición al riesgo.
-¿Cómo caracterizan esas violencias en diversos sectores de la sociedad?
Nos ha llamado la atención que, muchas veces, las graves consecuencias resultantes de estos actos violentos no tienen relación con el origen del conflicto. También observamos que las riñas tienden a ser mucho más habituales entre las niñas y las jóvenes. Otro modo de expresión violenta son los actos auto-lesivos; éstos abarcan desde pequeños cortes y quemaduras hasta intentos de suicidio, los que pasaron de ser esporádicos a ser habituales disparadores de una consulta profesional o un elemento que surge posteriormente en la clínica. Otra expresión violenta auto-infligida es la tendencia a ponerse en riesgo. Dicha posición expone al sujeto a lesiones causadas por “accidentes”, por provocación de riñas, o a los riesgos de salud implicados en los excesos de consumo de sustancias y la exposición a enfermedades de transmisión sexual. También, las manifestaciones violentas tienen desencadenamientos fatales que se evidencian en los homicidios, los suicidios y alguna parte de lo catalogado como accidentes. Las estadísticas de mortalidad plasman este incremento en las tasas referidas a las muertes violentas.
Referencia en el tiempo
El siglo pasado ha mostrado expresiones atroces de la violencia, encontramos innumerables ejemplos, tanto en las guerras, como en los genocidios perpetrados. En nuestro país, la última dictadura cívico-militar mostró su peor cara violenta en el terrorismo de Estado. Sin embargo, nuestras observaciones muestran manifestaciones de la violencia que se enmarcan en un período democrático sin interrupciones institucionales. En la época actual, las instituciones funcionan y, justamente, son éstas las cajas de resonancia de una proliferación de manifestaciones violentas en las relaciones cotidianas, expresadas en actos. Consideramos que los mencionados fenómenos violentos expresan una modificación en las relaciones sociales, impregnándolas de violencia, una transformación en el lazo social que nos convoca a preguntarnos sobre sus enclaves y atravesamientos.
-¿Qué indicadores se pueden señalar a modo de ejemplo?
Según la OMS, en 1985 las muertes violentas en el mundo representaban el 7% de las muertes mundiales, porcentaje que se incrementó al 12% para el año 2000. En nuestro país, los indicadores epidemiológicos de las muertes violentas se han incrementado, sobre todo, en los grupos de adolescentes y jóvenes. Otro dato indicador se pone en evidencia en la declaración realizada por UNICEF: “Las principales formas de violencia en América Latina son las siguientes: homicidios, asesinatos de niños y adolescentes, explotación sexual comercial y trata, actividades vinculadas con el crimen organizado trasnacional (tráfico de armas, drogas y personas)”.
En nuestro ámbito, hemos llevado a cabo una investigación sobre el suicidio en la provincia de Entre Ríos. Al analizar las tasas de suicidios en la provincia, observamos que la tasa media del período 2001-2005 fue de 8,27 suicidios cada 100.000 habitantes y la del período 2006 - 2010 de 12,04. En un lapso breve de tiempo, los suicidios en Entre Ríos se han incrementado alrededor del 45%. Estos indicadores muestran una tendencia a la realización del acto violento, en este caso como violencia auto-infligida. También, estas violencias contemporáneas se visualizan en la presentación de producciones en eventos científicos y como tema relevante en los ámbitos institucionales. Existen numerosos trabajos clínicos desde el campo de la salud mental y su abordaje, de casos de violencia dirigida hacia los otros como así también, el enorme incremento de consultas por intentos de suicidio. La urgencia se ha convertido en un modo habitual de la consulta en salud mental, urgencia relacionada al riesgo de daños del acto violento.
-La violencia se ha convertido también en un problema de salud pública..
Se pone en evidencia el incremento de las derivaciones y el contexto de urgencia de las mismas que se relaciona con la violencia presente en actos. La manifestación de estos actos violentos ha pasado a ser parte de lo cotidiano de las instituciones, siendo las que reciben las situaciones una vez plasmados los mismos. Efectivamente, la violencia es un problema de salud pública.
-¿Y en los ámbitos educativos, que variables manejan?
Los establecimientos educativos son ámbitos en los que se muestran más insistentemente las consecuencias de esta multiplicación de la violencia: episodios de intolerancia, proliferación de grupos a partir de la extrema segregación, pasajes al acto violentos, agresiones entre pares, actos auto-destructivos y suicidios. Desde el decir de los docentes, hay cambios en los últimos años respecto de los hábitos de los niños y jóvenes, los que resisten los encuadres institucionales y el respeto a la autoridad. Son también los docentes, directivos y trabajadores, quienes señalan que la violencia física se ha impuesto como el modo de dirimir diferencias entre alumnos, padres y docentes, e incluso entre alumnos y docentes. La preocupación por la violencia en las escuelas genera un malestar.
-Hacía referencia a la revolución comunicacional como otro factor…
También, los medios de comunicación se hacen eco de estas manifestaciones violentas actuales. Las fuentes periodísticas han publicado numerosas notas que reflejan la preocupación por los fenómenos violentos. En los últimos tiempos, los medios de comunicación masivos replican peleas entre jóvenes y adolescentes, lo que ha sido facilitado por la proliferación de cámaras en los teléfonos celulares y de cámaras de seguridad. Las fuentes periodísticas ponen en visibilidad las peleas y agresiones en lugares de encuentro en locales bailables y sus alrededores, eventos deportivos y salida de las escuelas.
-Finalmente, surge el desafío de un trabajo interinstitucional para intentar un cambio…
Como podemos ver muy en términos generales, en nuestra época, estas manifestaciones tiñen de violencia lo cotidiano: la familia, el barrio, la escuela, e incluso retorna sobre el propio sujeto como auto-agresión. Estos fenómenos generan malestar y complican la vida en las relaciones cercanas y en las instituciones, provocando un interrogante respecto de las transformaciones que han afectado el lazo social contemporáneo. Por ello, desde cada lugar, debemos seguir investigando, interactuando y brindar aportes que puedan ayudar a obtener cambios positivos de esta realidad en el tiempo.
Contacto: albertouboldi@hotmail.com
www.noticias.uner.edu.ar/entrevistas/7035/violencias-contemporaneas-un-flagelo-de-estos-tiempos
www.fts.uner.edu.ar/publicaciones/d_s_n/archivos/2016/06/d_s_n_09_06_2016.html#ma
Publicado 13/06/2016