Las radios comunitarias, en la mayoría de los casos, cumplen una función que excede lo meramente comunicacional. Compartimos aquí una nota en la que se da cuenta de ello hablandonos de una emisora de Santiago del Estero.
POR LA LEY DE MEDIOS, UNA RADIO CAMPESINA YA TRANSMITE CON LICENCIA
Por Roly Villani – 18 de febrero de 2013
Esta nota fue mi primer contacto con una organización del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE), el principio de una relación que se mantiene hasta hoy. Pero además es un buen testimonio de que la Ley de Medios aplicada por el AFSCA no fue sólo una herramienta para enfrentar a Clarín.
Se les informa a los afiliados de la obra social PAMI de la localidad de La Manga que el día de mañana, a las 10:30 horas, deben pasar a retirar el bolsón en el centro de jubilados. Se pide disculpas por inconvenientes anteriores que tuvimos por problemas del vehículo. Gracias. Firma: Autoridades del PAMI”. En las grandes ciudades, la radio como servicio es cosa del pasado, cuando no algo completamente desconocido. Pero en esta segunda década del siglo XXI, hay lugares como San José del Boquerón, en el norte de Santiago del Estero, en los que no hay señal de teléfonos celulares ni Internet, y la radio de la OCCAP, la Organización Campesina de Copo, Alberdi y Pellegrini, cumple una función de enlace fundamental. La OCCAP es una regional del MOCASE (Movimiento Campesino de Santiago del Estero) y, pese a que hace más de diez años que la radio cumple esta función social, por esas cosas de la desactualización legislativa en materia de comunicaciones, era hasta ahora una radio “trucha”. Haciendo uso de las facultades que le confiere la Ley de Medios, la AFSCA (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual) acaba de entregarle la licencia para que, además de útil, la radio sea legal. “La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual tiene mucha visibilidad por la disputa con el Grupo Clarín, pero eso es injusto: hay otra gran cantidad de cosas que esa ley propone para democratizar la información, y es lo que AFSCA está poniendo en marcha con esta adjudicación directa de licencias para emisoras de baja potencia a organizaciones sociales y comunitarias”, dice Andrea Conde, directora de Proyectos Especiales de ese organismo. La programación se arma en base a los comunicados de los vecinos y militantes de la organización, mechados con música.
LUCHA POR LA TIERRA. Néstor Romero tiene 58 años y, además de ser delegado, es uno de los locutores de la radio. Durante décadas, salió como peón golondrina a trabajar en las cosechas ajenas. “Pero siempre volvía porque extrañaba a la familia –explica–. Ahora hace tiempo que puedo quedarme acá, desde que armamos la organización me dedico a la producción de ganado.” Para Néstor, una de las cosas más importantes que lograron con la OCCAP fue pensar de manera colectiva la protección del espacio como parte de una identidad. “Siempre hemos tratado de mantener el monte en pie. No como los que vienen de afuera, que lo primero que hacen es poner cerca, pasar la topadora y quemar. Acá tenemos que hacer nuestro trabajo con la tierra y con los animales, pero sin destrozar el monte”, recita sus principios.
Todas las regionales del MOCASE tienen como premisa principal la defensa de la tierra. En estas regiones áridas, donde los arbustos se retuercen bajo el azote del sol, durante muchos años, los únicos pobladores fueron estos campesinos. Hasta que la soja transgénica se convirtió en un negocio altamente rentable y aparecieron especuladores de todos lados a tratar de desplazarlos. En esa lucha desigual, el norte santiagueño tuvo ya cinco muertos. Y es en ese contexto de lucha que la radio de la OCCAP cumple un rol fundamental.
Guillermo Andor es otro de los fundadores de la organización y es miembro, además, de la cooperativa apícola Cosechemos Juntos. “Cuando alguno ve que viene una topadora, enseguida llama a la radio y así ya estamos todos alertas. Y le vamos haciendo el seguimiento, para saber adónde va y salir a resistir las ocupaciones.”
–Pero, ¿quiénes son los que vienen a sacarlos?
–Son empresarios de Buenos Aires, de Rosario, del extranjero, no importa mucho de dónde. El tema es que, como son poderosos, vienen con todo.
–¿Y ustedes tienen título de las propiedades?
–Título no tenemos, lo que tenemos es la posesión. Hace muchas generaciones que estamos acá y eso también es un derecho.
–¿Cómo resisten?
–Y… haciendo fuerza. Cuando ellos ven que hay trescientos productores diciendo que acá no pasan, se tienen que ir.
RADIOS CONTRA EL AISLAMENTO. La emisora de la OCCAP es un sistema en el que la FM, ubicada en la sede central, amplifica la información que proveen 19 radios bases, es decir, radios VHS que confluyen en la central. “Definimos 19 localidades, distantes unos ocho kilómetros una de otra, para armar los enlaces, teniendo en cuenta que hubiera en la localidad un responsable de la radio que, por supuesto hace esta tarea comunitaria ad honorem”, explica Lucrecia Gil Villanueva, asesora de la Subsecretaría de Agricultura Familiar del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. Esa entidad financió y puso en marcha el proyecto de la radio porque entre sus objetivos está la consolidación de un desarrollo productivo para los pequeños productores con inclusión económica, social, política y cultural.
Los vecinos recuerdan que antes de que se montara este sistema de radio enlaces, algunos tenían que hacer 50 kilómetros a pie, en bicicleta o en moto para avisar que había un enfermo o que había peligro porque una topadora andaba dando vueltas.
Cuando arrancó el proyecto de la radio, todavía gobernaba en la provincia Carlos Juárez, el caudillo que dirigió los hilos de Santiago directa o indirectamente durante más de medio siglo, hasta que el escándalo conocido como “el doble crimen de la Dársena” motivó, en 2004, la intervención federal y el fin de su época. “En la época del juarismo ninguna empresa de comunicación nos quería dar un presupuesto para montar la radio –recuerda María Eva Salazar, integrante de los equipos técnicos de la Subsecretaria–. Nos preguntaban si habíamos hablado con el gobernador para montarla, de modo que tuvimos que ir a comprar los equipos a Córdoba.” La conquista de los derechos sociales, políticos no se logra de un día para otro. Saben mucho de eso los santiagueños.
A la ceremonia de entrega de la licencia, realizada la semana pasada, asistió un centenar de personas, delegados en su mayoría de la OCCAP de los distintos poblados, y también campesinos de las otras cinco organizaciones que trabajan en la región que llaman Salado Norte.
El artículo 49 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual establece un régimen especial para la adjudicación directa de licencias a aquellas radios de muy baja potencia instaladas en zonas de alta vulnerabilidad social y escasa densidad demográfica, con la condición de que difundan contenidos de carácter social. Además de esta licencia, la AFSCA otorgó otras cinco: al colectivo de educación popular “Abrojos” y la fundación “Calchaquí”, de Tucumán; a la asociación “Caxi”, un movimiento campesino de Mendoza; y a las bibliotecas populares “La Bicicleta” y “Leopoldo Lugones”, de Córdoba, todas sin fines de lucro. Una demostración de que la lucha por la democratización de las comunicaciones se libra en varios frentes simultáneamente. «
Población
1200 habitantes
San José de Boquerón se encuentra en el departamento Copo, de la provincia de Santiago del Estero, a 300 kilómetros de la capital provincial. Cubre una región de 60 km2 y tiene su población de 1200 personas distribuidas entre 96 caseríos.
Relato propio o ajeno
“No es casual que le hayamos otorgado una licencia a una radio del MOCASE –explica Pablo Gogna, el delegado del AFSCA en la provincia de Santiago del Estero–, porque se trata de una organización con un gran trabajo genuino en sus comunidades, a la cual venimos acompañando desde hace tiempo y que tiene a la comunicación entre sus prioridades y necesidades.”
Gogna es un arquitecto de reconocida participación política en Santiago del Estero, y las directivas de la AFSCA local pasan hoy por hoy por la convocatoria del Foro Santiagueño por una Comunicación Democrática, que nuclea a universidades nacionales, organizaciones sociales, profesionales, del mundo de la comunicación, y también a periodistas. Además, el organismo está confeccionando un mapa de medios a nivel provincial, para conocer en detalle el estado del sector en materia de comunicación social.
“No sólo se trata de sostener la creación de nuevos medios, sino que también buscamos apoyar la generación de nuevos contenidos, porque la experiencia nos dice que si un medio chico no tiene muy en claro qué es lo que puede decir, empieza a leer los diarios y amplifica, queriéndolo o no, los relatos de la prensa monopólica”.
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