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Conferencia en movimiento


En el marco del Doctorado de Educación se presentó la filósofa y bailarina Marie Bardet. La misma dictó "Desarticulando. Una conferencia en movimiento".

La filósofa y bailarina Marie Bardet estuvo en la Facultad y, en el marco del Doctorado en Educación, presentó “Desarticulando. Una conferencia en movimiento”. Al finalizar las actividades, dialogamos con Bardet, Graciela Frigerio y María Laura Méndez sobre las razones que motivaron la invitación de la intelectual francesa al Doctorado y la necesidad de repensar la educación desde la articulación con otras disciplinas.
 
-¿Cómo surge la idea de vincular el trabajo de Marie con un Doctorado en Educación?
 
G.F.: Este Doctorado en Educación es un Doctorado que históricamente se caracterizó por intentar poner a conversar distintas disciplinas. Desde el principio entendimos que para poder comprender, elaborar, tramitar e intervenir en Educación, era muy importante salirse de los cercos cognitivos de las disciplinas que encapsulan el conocimiento. Desde esa perspectiva, el Doctorado siempre tuvo una particular afinidad, una particular conversación con la Filosofía. Y cuando conocimos el trabajo de Marie, nos pareció que por esa conjunción que lo caracteriza, por esa conjunción de hacer coincidir todo lo que confluye en la construcción de un conocimiento filosófico “extraterritorial”, por decirlo de algún modo, emblematizaba algo que a nosotros nos importaba poner en evidencia. Por otro lado, creo que, aun cuando el título del trabajo de Marie pueda parecer extraño en el marco de un Doctorado en Educación, no lo es para nosotros, porque su trabajo pone en evidencia un particular enfoque metodológico. Y entonces, también nos parecía interesante e importante, por no decir esencial, que los doctorandos pudieran acceder a visualizar, a comprender, a explorar una manera de hacer cuerpo la metodología. Y cuando digo “hacer cuerpo” no lo digo sólo porque ella es bailarina, sino por la manera en que se encarna en el pensamiento, una manera de ir discutiendo, indagando, preguntando, conectando, asociando, hipotetizando. Y esas son todas las razones, aparte del aprecio personal que tenemos por Marie, a partir de los universos comunes y las afinidades filosóficas que compartimos. Nos parecía que ella era alguien que tenía que estar en este Doctorado y que todo el mundo iba a salir con unas miradas distintas a propósito de lo de siempre. Y eso es tarea de un Doctorado.
 
M.L.M: Coincido con Graciela en que este Doctorado se caracterizó desde su creación por fomentar una desterritorialización de la educación. Y en este salirnos del territorio clásico de la educación para reterritorializarla de otra manera, nos parecía que el trabajo de Marie estaba justamente en el punto de articulación. En el diálogo entre disciplinas faltaba incluir algo relacionado al arte, que en este entrecruzamiento había sido menos potente. Por eso, la oportunidad de hacer este nuevo cruce Filosofía – Arte era fundamental. Como dice Graciela, creo que hay una deuda de la Educación en general, y desde el Doctorado la podemos asumir como posibilidad, que es el tema de la metodología. Entonces, escucharla a Marie metodológicamente, pero sin que tenga nada que ver con el imaginario metodológico, con la ortopedia, es fantástico, porque hasta ahora es la ortopedia la que ha regido este imaginario en el Posgrado, no tanto así en el Grado. De manera que esta es una oportunidad de gran apertura para hacer otras articulaciones, para lo que, tomando el título de la conferencia de Marie, es necesario primero desarticular muchas otras cosas.
 
-Marie, ¿Cómo comienza tu vinculación con la Argentina?
 
M.B.: Yo vengo en el 2004, cuando estaba haciendo mi maestría. No vine a Argentina porque quería estudiar la Argentina, no es mi campo de estudio, así como en ese momento había muchos argentinos que iban a Francia y tampoco tenían a Francia como su campo de estudio. Pero sí habia una historia de viajes de estudio porque había franceses que venían a estudiar algunos temas en particular. Mi caso era muy diferente, yo estaba haciendo una tesis de maestría sobre el Antiedipo de Deleuze, muy bien podría haber seguido haciéndola en París 8 donde estaba, pero yo tuve ganas de viajar y estuve muy apoyada en ese deseo por mi director de tesis que era Daniel Bensaïd, quien me incentivó muchísimo a viajar, y también me apoyaron todos los profesores que estaban circulando en los puentes entre ambos países. Así que vine, y después seguí viajando mientras finalizaba mi tesis. Lo que me marcó aquí fue una suma de pequeños encuentros, de descubrir dispositivos como los grupos y círculos de lectura. Recuerdo siempre que había grupos de lectura de Deleuze y Guattari en cada sótano de Sociales. Creo que lo que aporta no es tanto el lugar en sí, como sí lo hace el desplazamiento propio, el estar fuera del lugar conocido, sumado al hecho de estar trabajando entre dos idiomas. Eso es algo que desarrollé a través de los años: trabajar autores franceses pero hablándolos en castellano, incluso leyéndolos traducidos al castellano, y creo que eso sí aportó mucho a mi pensamiento y a mi manera de hacer.
 
-¿Hace cuánto venís trabajando en esta conferencia que presentaste hoy?
 
M.B.: Antes de esta conferencia había hecho otra, que se llamaba “Los restos de los gestos”, y ambas son procesos de trabajo. Para “Desarticulando…” empecé a hacer la investigación en el espacio teatral de Buenos Aires. Sentía que ya había transitado formas definidas de presentar cosas: o el espectáculo, o el texto, o la conferencia, o el libro, pero que yo necesitaba inventar otra forma de decir, para dar cuenta de otra parte de mi investigación. Fue un indagar durante mucho tiempo y ver qué formas se podían inventar para relatar una investigación en que se articulan filosofía y movimiento. Hace dos años presenté por primera vez los resultados de esa indagación. Yo trabajo mucho con improvisación, con el hacer todo de nuevo todo el tiempo, y eso me encanta, y pienso seguir haciéndolo por mucho tiempo. Voy a seguir desarticulando, y haciéndolo cada vez en un nuevo lugar, teniéndo que inventar de nuevo ese dispositivo en cada nuevo espacio. Ese fue el recorrido de “Desarticulando…”, que es una conferencia en movimiento: no es exactamente un espectáculo, no es una performance. Es recuperar cierta presentación pública desde el dispositivo de la conferencia pero dejándola travestirse y desviarse por el movimiento y las imágenes.
 
-Y respecto a la importancia de desterritorializar la educación, ¿Cuál es tu mirada después de todos estos años de trabajo poniendo el cuerpo?
 
M.B.: Me parece que hay dos cosas para destacar. Existe una idea difundida en nuestros ámbitos de práctica que dice que ir a ver y a dialogar con el afuera no sirve. Y yo desde mi experiencia creo que la filosofía sirve cuando se abordan los bordes, cuando está en diálogo con los bordes. Y por eso rescato de esta iniciativa del Doctorado esa inquietud por la metodología, y me alegra poder usar esa palabra porque sé que no la estamos usando como si fuera un título de seminario “Metodología de la Investigación”, sino que corresponde a un indagar por los modos de hacer. Y eso es lo que a mí me convoca cuando me invitan a dar un seminario de doctorado o de maestría, no narrar el “contenido” de lo que vengo haciendo, no “transmitir un saber”, porque probablemente los temas de investigación sean muy diversos. Pero el cuestionamiento por los modos de hacer y la preocupación por ir a indagar el afuera, creo que son dos actitudes fundamentales en cualquier disciplina.
 
Para seguir leyendo sobre Marie Bardet:
Le Blog de Marie (El Blog de Marie)
“El baile de la mente” – Página 12, 16/11/2012

portal.fcedu.uner.edu.ar/blog/2013/10/necesitaba-inventar-otra-forma-de-decir/