Ana Teresa Fabani
Piso la noche y parto. No es olvido
I
Piso la noche y parto. No es olvido
este silencio que en la sien, partido,
queda detrás de mí, ni es alborada
que apenas toca el borde de la almohada.
No es tampoco la estrella que ha caído
ni es el pájaro alegre que, dormido,
deja en el aire un ángulo vacío.
Este silencio que quedó, tan mío,
es mi paso y mi voz. Y una serena
garza del río cruza leve, apenas,
la noche en donde parto y mi mirada.
Piso la noche y parto. Pero alada.
Y esto quizá ni es sueño ni sea nada.
II
Piso la tierra y parto. Me parece
que todo este camino fue antes tumba
y al pisarlo mi pie se desvanece.
Si en el aire me quedo se derrumba
desde el aire mi cuerpo, y es que acaso
haya una voz llamado al oír mi paso.
Acaso haya una mano, que, olvidada,
ha tirado del aire, y yo enredada
con el aire, en el aire me he caído.
Vuelvo a pisar la tierra. Ya ha nacido
una luz que me piensa, y se ha apagado
casi al nacer. Es eso inanimado
que, atrás de la razón, me desconcierta.
Piso la tierra. Ya la huella abierta
me persigue y me cansa, y sin embargo
debo seguir el pie que se hizo largo.
Ana Teresa Fabani nació en Concepción del Uruguay el 6 de marzo de 1922 y falleció en Buenos Aires el 21 de junio de 1949. Su libro póstumo, la novela Mi hogar de niebla recrea las circunstancias que rodearon su desenlace y tal vez sea una síntesis de su legado literario.Su primera publicación la hace en la página literaria del diario “La Calle”, de Concepción del Uruguay, el 15 de noviembre de 1943, bajo el título de “Poema”. En enero de 1947 publica en el diario “Clarín” de Buenos Aires. Luego aparece un cuento suyo en “La Nación” y otras colaboraciones en diarios del país y de Montevideo.
El único libro publicado en vida de la autora es el poemario “Nada tiene nombre”, que apareció poco antes de su muerte en enero de 1949 en ediciones Botella al Mar y tuvo una reedición en 1999 a cargo de la Editorial de Entre Ríos.-
El dibujo que ilustra es de Juan L. Ortiz