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Presentaron libro


El jueves 12 de abril, en el Auditorio de la FCE –Buenos Aires 389, Paraná- se presentó el libro “Fábricas de resistencia y recuperación social. Experiencias de autogestión del trabajo y la producción en Argentina”  de María Amalia Gracia.

Durante el acto de presentación, el Prof. Luis Laferriere comentó: "Se trata de un excelente trabajo exhaustivo, cuya temática necesaria para pensar una nueva economía, recibe poca difusión de los medios masivos y de la literatura académica económica".

María Amalia Gracia es Doctora en Sociología y Profesora-Investigadora de El Colegio de la Frontera Sur en México y este jueves presentó en el Auditorio de nuestra Facultad un libro basado en su tesis doctoral: “Fábricas de resistencia y recuperación social. Experiencias de autogestión del trabajo y la producción en Argentina”.
La autora es paranaense y reside actualmente en México, donde continúa su carrera profesional como docente e investigadora del Sistema Nacional de Investigación de México. Ha sido invitada por otras universidades latinoamericana como conferencista y docente. Además, ha publicado libros en co-autoría y diversos artículos en revistas científicas y compilaciones nacionales e internacionales.
A continuación presentamos una entrevista en la que nos anticipa el contenido y experiencias que atravesó en el proceso de investigación que derivó en la realización de su libro.

— ¿Qué te motivó a elegir esta temática para tu tesis doctoral?
— Luego de realizar una maestría en FLACSO-México sobre población regreso a la Argentina, un poco antes de las intensas jornadas de diciembre de 2001. Por eso la investigación tiene este condimento, uno es parte de este estado de ánimo colectivo que resulta de una crisis que es terminal, una crisis de una extensión completa y total. Recordemos que todos estábamos discutiendo todo en 2001: si nos quedábamos, si el Estado se dividía, si cambiábamos la moneda, cosas muy fundantes se discutían en cada esquina de la Argentina… en definitiva casi todos los marcos de referencia que orientaban la acción social.
Entonces, tanto la investigación como el libro son el resultado de un largo proceso, un proceso académico, pero también un proceso donde uno pone en juego lo afectivo, donde uno es parte de esa historia que comenzó cuando regresé a Argentina.
Otra de las razones por las que elegí este tema es porque el fenómeno de las fábricas recuperadas es importante y simbólico, ya que muestra que un grupo humano es capaz de darse una respuesta colectiva y tener éxito para sortear distintas adversidades.
— ¿Cómo influyó que estuvieras en otro país realizando la investigación y el doctorado?
— El hecho de estar en México sirvió para tomar distancia afectiva y emocional y, al mismo tiempo, me brindó un marco de referencia institucional: El Colegio de México. Este marco fue muy importante ya que pude realizar un gran proceso de aprendizaje que me permitió reflexionar y tomar cierta distancia de lo que yo misma fui viviendo. De los profesores recibí herramientas para trabajar los movimientos sociales y el diálogo con los compañeros fue determinante porque me ayudaron a salir del estado de fascinación que para los investigadores es un desafío. Piensen que es un tema que uno estudia pero a la vez es muy difícil salir del compromiso ya que uno es parte de eso, no solo por ser argentina sino también porque en las sociedades contemporáneas todos estamos atravesados por el problema del trabajo, por la incertidumbre, todos somos susceptibles de quedar (des)empleados…
— Hablando de aprendizajes, ¿qué es lo que más valorás de este trabajo?
— El libro trata de acciones de trabajadoras y trabajadores argentinos que buscaron eludir un destino que amenazaba su propia existencia -los amenazaba con ser desaparecidos del mercado- y lograron formular una serie de acciones para salvaguardar sus fuentes de trabajo y poder reiniciar la producción en fábricas quebradas, en vías de quiebra o cerradas.
Los trabajadores retomaron la herencia histórica del rico movimiento obrero argentino y latinoamericano, que en otro momento apeló a la ocupación de fabricas para la gestión y la autogestión. Sin embargo el modo de ocupación es diferente: antes se utilizaba para salvaguardar el puesto de trabajo, ahora lo que se busca es salvaguardar la fuente de trabajo. Estas experiencias recogen los aprendizajes de anteriores respuestas a las crisis (despidos, retiros voluntarios en las décadas anteriores) y se percibe un salto cualitativo frente a las respuestas individuales anteriores…
— ¿En qué radica la vigencia de este libro?
— De las experiencias que involucraron la gestación de nuevos actores sociales en Argentina, las denominadas Fábricas Recuperadas están entre las más vigentes. Por un lado, porque se han sostenido en el tiempo –hay varias que llevan más de 10 años de autogestión- y porque aún con tasas de crecimiento mayores al 8% se dieron nuevos casos –al tiempo que otras experiencias que surgieron previamente se han ido reconociendo en el universo de recuperadas- lo cual muestra que no sólo fueron respuestas efectivas ante la crisis sino que son alternativas y posibilidades en un horizonte en el que la pérdida de empleo y cierre de empresas es un fenómeno típico en las economías del capitalismo periférico y central. Además el libro historiza estas experiencias que se tienden a considerar como casos de excepción, como fenómenos muy acotados y sin conexión con la historia reciente, por el contrario la investigación pretende entender el fenómeno dentro de las transformaciones profundas de las clases populares en Argentina y América Latina, del régimen social de acumulación y de la sociedad en general. Finalmente, estas experiencias son laboratorios de invención social que tienen mucho que decir en un mundo en el que los modelos de desarrollo han profundizado las desigualdades sociales y en el que las formas institucionales que otrora nos constituyeron como sujetos se han derrumbado. Plantean y son emergentes de una serie de cuestiones que surgieron y se mantienen como los cambios en la relación salarial, el papel del Estado frente a estos cambios, la imposibilidad de las estructuras gremiales para proponer estrategias a quienes quedan desafiliados de las relaciones salariales y, en definitiva, muestran el quiebre del monopolio de representación ejercido por los sindicatos en la historia político-social argentina.
— ¿Cuáles son tus planes a futuro, en relación a la investigación?
— Como docente-investigadora de El Colegio de la Frontera Sur, que es un centro de docencia e investigación de posgrado del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México (CONACYT), estoy involucrada en un trabajo de investigación en el que estamos trabajando nuevas experiencias económicas emergentes surgidas en distintos contextos latinoamericanos y europeos. En ese contexto, mi objetivo es continuar con el estudio de la evolución de las fábricas recuperadas en Argentina, tal vez trabajando desde una perspectiva etnográfica casos del interior del país. También me parece importante, desde mi filiación institucional actual e inscripción en redes de investigación mexicanas y latinoamericanas, poder contribuir y apoyar las redes de investigación y docencia de mi país, las experiencias propiamente dichas y las políticas públicas en torno a las economías (políticas) sociales y solidarias.

Fuente: www.fcedu.uner.edu.ar/noticia/entrevista-a-maria-amalia-gracia