PortadaEditorialVideotecaAudiotecaLiteraturaCorosPEDEAEContacto

Pensamiento Nacional

El 13 de noviembre de 1901 nace en Buenos Aires Arturo Jauretche. En el 2003 y en homenaje a este escritor argentino se instituye el Día del Pensamiento Nacional.

en la foto, Arturo Jaureche
Arturo Martín Jauretche nació en Lincoln, Provincia de Buenos Aires, el 13 de noviembre de 1901 y falleció en Buenos Aires, el 25 de mayo (de puro patriota) de l974. Su vida fue un permanente aprendizaje, una intensa búsqueda de verdades, un continuo cuestionamiento de las fábulas y prestigios instalados, en la sociedad argentina, por la clase dominante. Ejercitó, sin vacilar, "las armas de la crítica", aunque, cuando llegado el caso, también supo empuñar "la crítica de las armas". En ese periplo de incesante lucha pasó desde una juventud conservadora en su pueblo natal a una posición revolucionaria antiimperialista en sus altos años. O como él acostumbraba a señalar: "Al revés de tantos políticos, yo subí al caballo por la derecha y termino bajándolo por la izquierda".
Largamente podría hablarse de esa incesante pelea de Don Arturo para mejorar, como él señalaba, "el destino de los paisanos". Podría recordarse su militancia irigoyenista participando en las insurrecciones del treinta contra el gobierno fraudulento de Justo, la fundación de FORJA en 1935, la década de plena militancia antiimperialista con la bandera de "Somos una Argentina colonial. Queremos ser una Argentina libre", hasta la disolución del forjismo en 1945 y otra vez en la pelea, a partir de 1955, polemizando, refutando, en diaritos clandestinos, siempre marginado de los medios, pero siempre en franca oposición al sistema semicolonial, hasta sus últimos días.

Sin embargo, quizás sea preferible reseñar la labor desarrollada por Jauretche como uno de los principales críticos del pensamiento dominante.

Fragmento de
Manual de zonceras argentinas
"Zonzo y zoncera son palabras familiares en América desde México hasta Tierra del Fuego,
variada apenas la ortografía, un poco en libertad silvestre (sonso, zonzo, zonso, sonsera, zoncera, azonzado, etc.)", dice Amado Alonso. ("Zonzos y zoncerías", Archivo de Cultura, Ed.
Aga-Taura, Feb. 1967, pág. 49).
Según el mismo, la acepción que les dan los diccionarios como variantes de soso, desabrido,
sin sal, es arbitraria porque proviene del "Diccionario de Autoridades" que se escribió cuando ya habían dejado de ser usuales en España. Zonzo, fue en España palabra de uso coloquial pero
durante corto tiempo: "Cosa sorprendente, esta palabra castellana, inexistente antes del siglo XVII y desaparecida en España en el siglo XVIII, vive hoy en todas partes donde fue exportada”, particu-larmente América. También señala Alonso el parentesco con algunos equivalentes españoles, mas agrega que "por pariente que sea el zonzo americano conserva su individualidad". "Aunque como improperio los americanos dicen a uno (o de uno) zonzo,
cuando los peninsulares dicen tonto, los significados no se recubren".Todo lo cual vale para zoncera.

¿Los argentinos somos zonzos?... Esto es lo que nos faltaba, convencidos como estamos de
la "viveza criolla", queha dado origen a una copiosa literatura que va de la sociología y la psicología a las letras de tango.
Un amigo que hace muchos años percibió la contradicción entre nuestra tan mentada
"viveza" y las zonceras, la explicaba así: "El argentino es vivo de ojo y zonzo detemperamento", con lo que quería significar que paralelamente somos inteligentes para las cosas de corto alcance, pequeñas, individuales, y no cuando se trata de las cosas de todos, las comunes, las que hacen a la colectividad y de las cuales en definitiva resulta que sea útil o no aquella "viveza de ojo".
A estas zonceras en lo que trata de los intereses del común, es a las que se refiere mi
personaje de las letras gauchescas qué cito en el, copete, porque lo que el cantor ha dicho antes se refiere precisamente a ellas, y su escéptica sentencia surge de la continuidad en su acepción a través de generaciones.
Esto no importa necesariamente que la zoncera sea congénita; basta con
que la zoncera lo agarre a uno desde el "destete".
Tal es la situación, no somos zonzos; nos hacen zonzos.
El humorismo popular ha acuñado aquello de "¡Mama, haceme grande que zonzo me
vengo solo!". Pero esta es otra zoncera, porque ocurre a la inversa: nos hacen zonzos para que no nos vengamos grandes, como lo iremos viendo.
Las zonceras de que voy a tratar consisten en principios introducidos en nuestra formación
intelectual desde la más tierna infancia —y en dosis para adultos—con la apariencia de axiomas, para impedirnos pensar las cosas del país por la simple aplicación del buen sentido.


Arturo Jauretche - Estatuto legal del coloniaje por elortiba www.elortiba.org/jauretche.html

www.portalalba.org/biblioteca/JAURETCHE%20ARTURO.%20Manual%20de%20Zonceras%20Argentinas.pdf