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Francisco Madariaga en Baires


Se presentó en Librería Norte (Av. Las Heras 2225, 1127 Buenos Aires), Contradegüellos. Obra reunida de Francisco Madariaga. Compartimos reseñas sobre esta edición de Eduner.


El martes 25 de octubre se presentó esta obra fundamental de la poesía argentina. El acto contó con la participación de Diana Bellessi, Reynaldo Jiménez, Liliana Ponce y Silvia Guerra.

La obra
EDUNER, publicó la obra del poeta correntino Francisco Madariaga. Sus trabajos fueron inconseguibles durante un largo tiempo, por lo que esta publicación cobra un enorme valor al recuperar la obra de uno de los escritores más extraordinarios del siglo XX.

Infancia de esteros, lagunas y palmares
Poesía.  Una edición extraordinaria reúne la obra completa de Francisco Madariaga, introducida por Liliana Ponce, Reynaldo Jiménez y otros poetas.
Por Osvaldo Aguirre

Desde mediados de los años 50, Francisco Madariaga ocupó un lugar destacado en la renovación de la poesía argentina. Si bien participó en revistas y movimientos de vanguardia, procuró mantenerse al margen de cualquier encasillamiento estético y lo consiguió a través de la conjunción de un paisaje, la comarca de esteros, lagunas y palmares del norte correntino donde transcurrió su infancia, con la elaboración de un lenguaje de cuño personal. A casi veinte años de la publicación de su último libro, la editorial de la Universidad de Entre Ríos recopila el conjunto de su obra en una notable edición en dos volúmenes a cargo de Roxana Páez.

El primer tomo comprende los libros publicados entre 1954 y 1988, precedidos por las memorias de Madariaga, Solo contra Dios no hay veneno , mientras el segundo contiene sus últimos cuatro títulos, más poemas dispersos e inéditos y lecturas de poetas contemporáneos sobre la obra. La edición incluye textos liminares de Diana Bellessi y Arturo Carrera, fotografías, reproducciones de manuscritos, papeles y copias mecanografiadas, miscelánea, un CD con registros de lectura y un aparato de notas que, lejos de apabullar al lector como podría ser el caso, constituyen un complemento indispensable para apreciar en detalle y paso a paso los procesos de Madariaga como escritor, las líneas centrales de su poética y las características de las distintas ediciones de sus libros.

Cuando tenía catorce días de vida Madariaga fue llevado por sus padres al norte de la provincia de Corrientes, donde vivía la familia. El viaje, en un “tren casi fluvial” que atravesaba el río Paraná y hacía parte del recorrido a bordo de un ferry, quedó como un poderoso motivo en su historia personal y como un núcleo de indagación poética que se reveló con el transcurso de la escritura hasta madurar en el libro Tembladerales de oro . Tan importante como esa experiencia de vida fue la lectura del brasileño João Guimarães Rosa, una de las figuras tutelares de su poesía, de quien tomó la idea del escritor como alquimista y “brujo de las palabras” que debe estar formado con la más plena conciencia de su oficio y en contacto íntimo con el espacio humano en el cual abreva.

Si Juan L. Ortiz, con cuya poesía tiene afinidades significativas, pudo decir que veía en el paisaje presencias y objetos más allá de lo visible, Madariaga tuvo un oído igualmente profundo hacia las voces que atravesaban el campo correntino. Los relatos que escuchó de los gauchos – “poetas en estado natural”– y las voces supérstites de las guerras civiles, los términos guaraníes y las torsiones del habla, como el sapukai, se encuentran en la base de su lenguaje poético, en combinación con las grandes tradiciones de la poesía francesa y española, que asimiló a través de lecturas tempranas. “Esto no es español”, decía Oliverio Girondo cuando corregía Las jaulas del sol , su segundo libro, según una anécdota reiterada. En lo sucesivo esa extrañeza afina sus rasgos singulares en la intensidad rítmica, la variedad de versos y los múltiples recursos expresivos a que acude y a la vez se torna literalmente luminosa, como el propio paisaje del que no es mímesis, destaca Roxana Páez, sino construcción verbal.

Contradegüellos supone un acontecimiento para la literatura argentina, no solo como rescate de una obra sino también como ejemplo de tarea editorial. El dispositivo crítico, el seguimiento exhaustivo de los poemas y la inclusión de materiales heterogéneos (hasta las canciones de Gardel en una grabación casera de Madariaga) convergen en función de producir nuevas preguntas y formas de comprensión para los textos.

Huellas de un universo
octubre 30, 2016
La obra reunida de Francisco Madariaga amplía los márgenes de una poética única.

Por Alejo González Prandi

Hay libros que suelen ser muy esperados. Recorren en silencio caminos invisibles. A veces, tanto deseo, idea y persistencia hace que el papel se transforme en poesía y literatura. Es el caso de Contradegüellos, obra reunida de Francisco Madariaga, publicada este año por Eduner, la editorial de la Universidad Nacional de Entre Ríos.

Con la presentación de esta obra, primero en Caa Cati y recientemente en Buenos Aires, culmina un intenso proyecto, aunque en el universo de este poeta se inicia una etapa de relecturas, descubrimientos y nuevas miradas. Madariaga, que desde sus primeros días contempló y atravesó el paisaje correntino, es una figura central de la poesía argentina y latinoamericana. La edición de Eduner retoma sus huellas, abraza sus palabras, memorias, vivencias y congrega su poesía con un resultado excepcional.

Mucho antes de comenzar el proyecto, Roxana Páez, directora de Contradegüellos, sabía “como tantos lectores” que debía reaparecer El tren casi fluvial (obra reunida hasta 1987). Hace varios años, con el objetivo de hacer un doctorado, la poeta se había inventado “una cuestión que terminó objetivándose: una lectura bifocal de Juan L. Ortiz y Francisco Madariaga”.
www.revistaenie.clarin.com/literatura/resenas/Infancia-esteros-lagunas-palmares_0_1673232686.html
elvendedordetierra.com/2016/10/30/huellas-de-un-universo/#more-2778
Publicado: 19-10-2016 - Corregido 26/10 - 31/10